Nuestro capitalismo cojo


(Columna diario La Tercera, 27 de febrero de 2009)

Por: Patricio Arrau P.



Desde mediados del año 2008, cuando se empezó a sentir una contracción de crédito importante para las pequeñas y medianas empresas, me pareció que algo no funcionaba bien en nuestro sistema económico. Desde el punto de vista macroeconómico la economía tenía su crecimiento sustentado en la actividad interna y desde el punto de vista fiscal los pertrechos eran abundantes. Desde septiembre en adelante, con la globalización de la crisis financiera internacional, el llamado “Credit Crunch” alcanzó ribetes insospechados, amenazando una desaceleración económica excesiva para este año al extenderse y ampliarse a un muchos sectores. Desde entonces es preocupación de autoridades y actores privados por igual.

Fue en un momento de esparcimiento este verano junto a Sergio Melnick cuando me aclaró con su característica asertividad lo que ocurre con nuestro sistema económico: “Lo que pasa es que en nuestra sociedad se sobrevalora el capital y se subvalora el conocimiento y la capacidad de gestión”. Exactamente. El sistema de financiamiento de proyectos, ejecución de ideas nuevas y emprendimiento está cojo en nuestro país.

Bajo condiciones normales es difícil conseguir crédito cuando no se tiene garantías o patrimonio para respaldarlo, pero es posible. En las actuales condiciones, luego de la crisis internacional de septiembre pasado, es casi imposible. En el mejor de los casos se logra obtener plazo y “vigentear” o hacer vigentes los créditos atrasados, pero ni hablar de nuevos créditos adicionales para capital de trabajo o nuevas inversiones, excepto que puedan garantizarse o avalarse plenamente con el patrimonio propio del deudor. Siempre está las excepciones que confirman la regla, pero en general, la crisis ha sobrevalorado aún más el capital y subvalorado aún más el conocimiento o la capacidad de gestión.

En pocas palabras, con la crisis de septiembre las instituciones bancarias se asustaron y seleccionaron a sus mejores clientes y presionaron a los más riesgosos para reducir su exposición, ampliando también el “spreads” o diferencial de tasas entre captación y colocación. Hoy cada vez que se desea conseguir un crédito surge en forma inmediata la solicitud de la institución financiera pidiendo más garantías o avales personales. Evidentemente estos últimos valen más cuanto más patrimonio personal tenga el deudor. La banca se ha retraído de este modo a prestar al que tiene patrimonio y retirar el crédito a quien no lo tiene. En momentos de crisis, hay un evidente proceso de selección de crédito a favor de quien tiene más. Ello es muy malo para la economía y acrecienta la concentración de la riqueza.


La responsabilidad no es de los banqueros. En tiempos normales, aún persiste un sistema de regulación y supervisión que al privilegiar el bajo riesgo por sobre la competencia, termina entregando menos opciones de financiamiento para el que no tiene al no permitir que emerjan opciones de más riesgo. Es evidente que es más riesgoso prestarle a quien no tiene como garantizar el crédito. Tampoco ha habido mucho espacio para que emerja el financiamiento no bancario. En momentos de crisis, por su parte, la sobre reacción de los sistemas financieros a contraerse más de la cuenta es una reacción bastante común. De allí la acción del Estado para ofrecer garantías y coberturas de riesgo, además de subsidios para la adquisición de viviendas y bajas tasas de interés, son muy importante para contrarrestar esa contracción excesiva.

La cojera de nuestro capitalismo se ha vuelto visible en este año de crisis internacional y desaceleración económica. Sin embargo, debajo de malos números inmediatos, aparecen señales de que las acciones públicas están surtiendo efecto. Son el bastón con el cual puede caminar el cojo. Una vez que hayamos salido de esta coyuntura, quizá sea posible que nuestro sistema capitalista entre a pabellón para una cirugía reparadora definitiva.



Bajar archivo pdf





Gerens S.A.
Avenida Suecia 0142 oficinas 1201 y 1202 - Providencia, Santiago - CHILE
Tel.(+56 2) 2230 9600 - Fax(+56 2) 2230 9615
contactogerens@gerens.cl